Aferrados a eso

Nota monstruo de la Jeds a Ricardito y oportunidad de lujo para sumar al archivo un nuevo arsenal de ricardescas inoxidables. Más allá de que siempre queda lindo entrecomillar exabruptos (?), vale la pena comprar la revista por el contenido entero, con el único aspecto criticable de un no-filtro que termina afectando el resultado final de la entrevista.

Entre las inmensidades del campo, batallas improbables entre Aonikenk y Daddy Yankee, menores de edad que chupan el culo de un conocido corredor de TC (?), Carolina Papaleo como imposible pareja de fórmula electoral y otras atrocidades, Iorio nos regala algunas cuentas del collar de una sabiduría que adquirió con el sudor de su frente. Y otras, por supuesto, que no resisten el mínimo análisis. Como el propio Richar’ advierte hacia el final de una nota de extensión récord: “son chistes que hago, después ustedes se aferran a eso”.

Entonces, aferrados a eso, colgados de ésta (?): agárrense una que hay de sobra para todos.

– “Me viene la imagen de Leo García con esas trenzas repugnantes cantando un tema de Pappo para la democracia y la concha de mi abuela. ¡Lo cantás porque Pappo murió, Leo García! Si no, Pappo te mete todos sus discos de a uno, no en el culo: en el intestino.”

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Desde que lo fueron (?), nunca más volvió

“A New York Dolls fui yo como presentador y la primera noche fue alucinante. Al manager de la banda le gustó y quedamos en repetirlo al día siguiente. Pero al día siguiente lo vi venir al backstage. ‘Blarurrornarvha’. La concha de la lora. ‘Blarurrornarvha, que se vayan que llegué yo, blablakraegha’.

Totalmente ajeno al mundo de la tecnología, me salío el ‘Garrrrrcía’ de la tripa y se armó el quilombito ése. (…) La vez siguiente que vinieron los Dolls llamé al organizador y le dije que había pensado en contratar a un doble de Charly García para que yo arriba del escenario lo cague a trompadas. El tipo me dijo que no estaba mal, pero que la gente del lugar no le dio el OK. Me dijeron que la casa se reserva el derecho de permanencia.

Nunca más volví al Roxy.”

[Marcelo Pocavida en la revista Jedbangers nº 47, febrero de 2011]