Grandes fisuras del rock nacional

Qué es el rock sino el refugio por excelencia de fisuras y cabezas de tacho de entrañable calaña. Como ya habrán notado, no estamos acá para hacer amigos, así que como programa para el fin de semana proponemos sumar nombres a esta formación tentativa de rotos y descosidos del rock nacional. Hace unos años, el pobre Kuyumchoglu acometió la dura de intentar ponerse al frente de un equipo de fútbol de “artistas”: actores, músicos y otros de profesión border o indefinida. No imagino hombre capaz de tarea similar si enfrente le ponemos a estos nenes para que arme un seleccionado.

Sin más preámbulos, los nombres de este once titular de limados consuetudinarios.

Pity Álvarez (c): Al arco para protegerlo, porque últimamente nos han llegado noticias de su movilidad reducida. No necesita presentación, aunque quizás no esté de más repasar­ un arbitrario greatest hits: choreo de remises y cámaras de canales de televisión, balazos en miembros inferiores a miembros de su management, militancia antipaco de chamuyo (haz lo que yo digo, no lo que yo hago), portación de armas a plena luz del día, cata de hongos en sopas fermentadas… y la lista sigue. Un auténtico border, sin más.

Continuar leyendo Grandes fisuras del rock nacional…

Desde que lo fueron (?), nunca más volvió

“A New York Dolls fui yo como presentador y la primera noche fue alucinante. Al manager de la banda le gustó y quedamos en repetirlo al día siguiente. Pero al día siguiente lo vi venir al backstage. ‘Blarurrornarvha’. La concha de la lora. ‘Blarurrornarvha, que se vayan que llegué yo, blablakraegha’.

Totalmente ajeno al mundo de la tecnología, me salío el ‘Garrrrrcía’ de la tripa y se armó el quilombito ése. (…) La vez siguiente que vinieron los Dolls llamé al organizador y le dije que había pensado en contratar a un doble de Charly García para que yo arriba del escenario lo cague a trompadas. El tipo me dijo que no estaba mal, pero que la gente del lugar no le dio el OK. Me dijeron que la casa se reserva el derecho de permanencia.

Nunca más volví al Roxy.”

[Marcelo Pocavida en la revista Jedbangers nº 47, febrero de 2011]