Fallo del sistema

“Martín Buzzi fue el candidato de Mario Das Neves en 2011 para sucederlo en la gobernación, contra el kirchnerismo. Hubo denuncias de fraude y se votó nuevamente en varias mesas. Ganó Buzzi, pero a los pocos días abandonó al dasnevismo y pasó con ligereza al kirchnerismo.

(…) Este año los exsocios competirán por la gobernación: Das Neves apoya a nivel nacional al exkirchnerista Sergio Massa. Buzzi, que era dasnevista, anti-K, apoyará (se supone) a quien sea candidato K a la presidencia.

Con fino sentido del humor, a todo esto suele llamárselo sistema representativo“.

[de la nota Patagonia Arde, Revista Mu nro. 86, marzo de 2015]

La perinola Nisman

Voy a sumarme a esta colorida moda (?) de vomitar opiniones parciales, adjetivadas y con fundamentos antojadizos y aprovechar para dejar mi punto de vista sobre el enigma Nisman.

Suicida, asesinado o “suicidado”, creo que no lo sabremos nunca. Defraudador del Estado argentino, claramente sí. Cuentas en el exterior, relaciones poco claras (más bien oscuras) con subordinados directos, un estilo de vida que no se condecía con sus ingresos, y la lista sigue. Y ojo con esto: el Estado argentino, o sea el kirchnerismo, también es responsable de no controlar qué cazzo hacía Nisman con el elefantiásico presupuesto de la UFI-AMIA. Ahora no pueden rasgarse las vestiduras inocentemente: también cargan con una parte importante de culpa en este tema.

La muerte de Nisman tiene todas las marcas de una opereta de los servicios de seguridad, y no solamente argentinos. Es decir, el tema no se agota en el perejil de Lagomarsino y el nada perejil de Stiuso. Dato confirmado: Nisman era un visitante regular, quizás demasiado regular, de la embajada de EE. UU. Otro dato confirmado: la tumba de Nisman está muy próxima al Monumento de recordación a los caídos por la defensa del Estado de Israel, según una nota de la revista Anfibia. ¿Era doble o triple agente? Chi lo sa. Vuelvo a citar la misma nota: “Si te sale bien, sos procurador o presidente del Congreso Judío Mundial. Si te sale mal, te mandan un arma. Alberto no era solamente un fiscal“. ¿Esto prueba algo? No, es solo una conspirativa con alguna que otra fuente aislada y reservada. Pero es mucho más de lo que tienen quienes fogonean desde el minuto uno la hipótesis del crimen por encargo.

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El equilibrista mentiroso

“La inflación suele formar parte de un plan defensivo frente a avances de la distribución del ingreso no convalidados por sectores con poder de establecer precios, en general empresarios, y demás agentes con poder económico.

(…) Son intereses vinculados con una profunda estrategia que, desde el Estado, redistribuya ingresos a favor de las ganancias, de los sujetos de estas —y de las rentas— y contra los sectores populares o trabajadores. Parecieran necesitar una inflación galopante para disparar el tipo de cambio a las nubes, y que los costos se queden atrás (¿sin que se note tanto?). Para sostener eso la economía debe ser fría y los sindicatos débiles o cooptados, con poca industria.

No se trata del eufemismo del equilibrio sostenido por sectores conservadores, sino de evitar los equilibrios que incluyen la intervención política del Estado”.

[fuente]

Escobar, un malo que conviene

Se me ocurrieron algunas reflexiones a propósito de la serie “Escobar, el patrón del mal” (que no recomiendo ni mucho menos, faltaba más). La producción está financiada por familiares de algunas de las víctimas más notorias del excapo del cartel de Medellín, y esa es la clave para entender la mirada superficial y hasta benévola que arroja sobre la coyuntura de Colombia en esos años. La realidad, claro, era (y es) muy distinta.

Aunque a algunos les resulte cómodo, Escobar por sí solo no alcanza para entender a Colombia: estamos hablando de un país violento desde mucho tiempo antes de que El Patrón asomara la cabeza. Esto queda patente en algunas de las biografías más completas sobre Escobar, como “La parábola de Pablo” o “El patrón“, y es evidente con un simple wikipediazo. Sin embargo, a la gran mayoría de actores sociales colombianos con cierto poder les conviene mostrar a Escobar como una figura diabólica para expiar sus propias responsabilidades en la dinámica de un país sacudido por conflictos internos desde su origen.

No se trata de blanquear (cuac) la figura de Escobar ni de afirmar que era un buen muchacho: está más que claro que ese no era el caso. Pero sí sería bueno entender que, en muchos aspectos, el surgimiento de este tipo de figuras paternalistas y al margen de la ley se ve propiciada por la flagrante ausencia del Estado. Colombia es uno de esos casos. La mano de Escobar llegaba a lugares y a grupos sociales donde el Estado de ese país no llegó (o no quiso llegar) durante mucho tiempo.

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Sobre el fin de ciclo y otros apresuramientos

Los resultados de las PASO abrieron la puerta a una caterva de agoreros, analistas políticos módicos con razonamientos fast-food y oportunistas preparados para dar lo que, suponen, va a ser el zarpazo definitivo para un cambio de época.

Pero si la historia política reciente —más puntualmente, la elección de medio término de 2009— dejó alguna enseñanza, es la del voto bronca y su gran volatilidad. Si “los votos no son de nadie”, como muchas veces se ha planteado demagógicamente desde el poder, este es un caso de manual. En un escenario de gran dispersión, el único triunfador indubitable es Massa. El kirchnerismo es apenas uno de los tantos oficialismos que sufrieron reveses electorales a nivel nacional. Se trata más de un voto castigo, de un tirón de orejas, que de un realineamiento masivo de votantes detrás de una alternativa de poder real. No hay prueba más flagrante de la debilidad de la oposición que la parábola del verdugo interno: hizo falta que el propio kirchnerismo rompiera filas para que el arco opositor se vuelva a ilusionar.

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Al fondo (a la derecha) que hay lugar

Buenas, qué tal, seguimos de racha posteadora con este análisis menos que sesudo, rapidito y al PASO (cuac) de lo acontecido ayer. Observo que los opinólogos se agolpan para sacar conclusiones apresuradas, y no quiero ser menos.

Se me ocurren pocas cosas menos trascendentes que unas primarias y, encima, legislativas. Difícilmente se pueda proyectar una tendencia de acá a 2015, lo que verdaderamente les importa a los grupos de poder (mediáticos y de los otros) en Argentina. Como mucho, se podrá aventurar una modificación mínima de la composición de las cámaras. En este sentido, según los números de ayer, se estima que el FPV perdería apenas tres bancas en cada recinto. Es decir, mucho ruido y pocas nueces.

Mi humilde aporte a todo esto, y casi lo único que puede ponerse en blanco sobre negro de los votos del domingo, es que hubo un claro corrimiento hacia la derecha del electorado. Eso explica el éxito de Massa (su “emigración” del FPV le restó claramente votos a De Narváez, por ejemplo), la tesonera elección de UNEN en Capital (con reservas respecto a la proyección de sumatoria de listas que hacen algunos, muy poco seria para mi gusto) y el semi-renacimiento de la UCR a nivel nacional, que algunos habían anticipado.

Ese corrimiento también explica la magra cosecha del PRO en Capital. El triunfo pírrico de Bergman, en un distrito a priori fuerte para su partido, con apenas el 27 % seguramente sea motivo de debate a kipá pelado (?) puertas adentro. El propio Macri no dejó pasar ni un día para tirar abajo de una silla de ruedas con joystickun tren a Michetti y poner en duda su candidatura a jefa de gobierno. Y, por el mismo precio, relativizar la mala elección del FPV (que perdió votos, de esto no hay dudas) con un “vemos una pérdida de apoyo al gobierno, lo que no se ve es una alternativa en el país“, toda una hazaña dialéctica de ocasión.

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