Pipón pipón (?)

Hay quienes afirman que las paredes marcan el ritmo —y a veces la agenda— de las grandes ciudades. En este caso, claramente nos están diciendo lo que no queremos ver, ni escuchar, ni fumar, ni nada. Para los puristas, me permito agregar que el respeto por la normativa lingüística es el menor de los problemas de este muchacho (?).

La imagen pertenece a una de las puertas de ingreso al estadio Tomas Ducó. Créanme, a veces lo que se ve adentro es bastante peor. Y si vas a platea, más caro (?).

[nueva gentileza de Fernando_S en su rol de delivery de argentinidad a otras latitudes (?)]

De “Conchita” a “La Chochan” en seis simpáticos perdigonazos (?)

No puedo más que sumarme a la terrible manija que le están dando a la biografía de Ricardo Barreda (“Conchita“), de inminente publicación por estos lares. ¿De dónde sale la fascinación por este gris dentista que un día explotó, tuvo sus quince minutos de notoriedad y se instaló en el imaginario nacional? La primera explicación es la más sencilla: cumplió la fantasía de muchos hombres atrapados en una vida matrimonial plurivaginal (?) de horizonte en declive. Una historia parecida de deseos cumplidos por interpósita persona fue la del subtesorero Mario Fendrich, que cosechaba vítores a su paso tras robar la bóveda (“su” bóveda) de un banco en Santa Fe. La diferencia es que Fendrich no se entregó: lo atraparon al poco tiempo. Y lo que es peor, bastante fácil. Quedaste segundo y cómodo, mostro, qué va’cer. Para la gloria te faltó una caño recortado (?).

El resto de los ingredientes del fenómeno Barreda nos quedan más lejos, como la satisfacción del morbo popular mediante un autógrafo, o el salto de fe de su nueva pareja, que puso su casa y, en última instancia, su propia humanidad como garantía para la excarcelación de su amorcito. Vamos marchando una copia de Durmiendo con el enemigo para la patrona (?).

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La voz del interior

“Mis canciones son personales, no comunitarias. No quisiera que la gente se pusiera a cantar conmigo. Eso sería ridículo. No toco en fogones. No recuerdo que nadie cantara en los shows de Elvis, Carl Perkins o Little Richard.

Lo que tenés que lograr es que la gente sienta sus propias emociones. Un intérprete, si hace lo que tiene que hacer, no siente ninguna emoción. Es una especie de alquimia”.

[Bob Dylan, Rolling Stone interview, octubre de 2012]

Dulce o tiza (?)

Niños reciben cocaína en vez de dulces en celebración de Halloween

Un grupo de niños recibió por error paquetes de cocaína en vez de dulces durante la celebración de Halloween en Oldham, Reino Unido, según informó la policía del área metropolitana de Manchester.

La policía recibió una llamada después de que los niños encontraron la droga entre sus paquetes de dulces después de una visita el miércoles. Los uniformados hallaron dos bolsas de cocaína. (…) La superintendente Catherine Hankinson cree que fue un “incidente aislado”.

[fuente]

Leyendo esta noticia, me convenzo aún más de que debería haber tomado medidas más drásticas con el anónimo pendejo que vino a tocarme el timbre ayer cerca de las 23, de la mano del siome mantra “¿Dulce o truco?”. Espero que mi puteada se haya escuchado a través de la puerta y al menos se haya llevado una bolsa llena de traumas (?).

Estamos monotemáticos con el tema del perico, pero no toda la culpa es nuestra. Si no, miremos un poco a los habitantes de Oldham: a la vista de los acontecimientos, están más duros que Andrew Loog en su momento álgido con los Stones (?).