Los colores del campeón (?)

Más magia nasal (?), licencias ortográficas al margen, esta vez en Paysandú casi Av. San Martín. A pasitos nomás de Juan B. Justo, el Metrobús y la mar en coche, que a esta altura es mejor que tome por alguna paralela para no complicarse la vida al divino botón (?).

Este nuevo post homenaje al ensarte urbano en forma de graffiti es casi mi despedida del barrio de La Paternal. Los colores, así como los traje, me los llevo.

Poné música

“Al concierto apenas asisten ochocientas personas. Muy pocos se enteran o muy pocos, por entonces, conocen a The Police. (…) Miles de personas afirman haber visto a los ingleses esa noche en la City, pero el lugar inmenso parece vacío.

(…) La gente los escucha distraída, sin prestar demasiada atención. Algunos los silban y sólo un pequeño grupo de fans, no más de cincuenta, los sigue con devoción. Pero la indiferencia es tan pesada que la banda se retira del escenario montado antes de lo previsto y con evidente malhumor. Les tiraban con cosas, chiflaban; ‘poné música’, ‘poné música’, gritaban… Ahora deben contar que estuvieron ahí cuando en realidad estaban tirándoles hielo.”

[Las mil y una noches, Cristina Civale, Editorial Marea, Buenos Aires, 2011]

Día movidito

Lo de siempre en el día del cagatintas, profesión de temer si las hay. Reclamos por la formación de comisiones internas, en pos de mejoras salariales, y contra la precarización y flexibilización laboral que ya son un clásico de estos tiempos. ¿Y dónde podía ser la marcha? En la puerta de Cl*rín, obviamente. Paladines de todas estas lindezas y muchas más, van por la plusmarca nacional de violaciones del derecho laboral. Y seguramente la consigan.

Uno sólo puede imaginar lo que se dirá puertas adentro del edificio de Tacuarí mañana al mediodía. “¿Qué se creyeron estos? ¿Que son los mártires de la humanidad?” Bueno, tampoco tanto. Pero no es difícil darse cuenta de que tirar tanto de la soga no puede salirles gratis. Menos si del otro lado hay tipos cuyo oficio es, humilde aunque violentamente, ganarse la vida escribiendo sobre varios de sus chanchullos.

[para la lectura detallada de los tres afiches, hacer clic en 1, 2, 3]

Camarines

“Las escenas que se producen en las puertas de los camarines después de los shows deben ser de lo más lamentable del rock: un montón de gente implorando y humillándose para que los dejen pasar a un cuartito donde hay cinco o seis tipos que acaban de tocar comiendo sanguchitos.”

[fragmento del dossier La vida después de Cromañón, RS 159, junio de 2011]

Uno de los pocos pasajes rescatables —por lo pintoresco— de la no-nota de tapa a P*tricio S*ntos F*ntanet en la Rolling Stone de este mes. Con todo respeto por el periodista a quien le endosaron este muerto, que ha sabido publicar artículos interesantes y bien escritos, si en siete días no hubo más que saludos forzados y esquivadas de cara del hermético entorno de F*ntanet, lo mejor es avisar a la redacción que reserven la portada para algo más jugoso.

De todos modos, seguramente la decisión haya partido de la cúpula editorial de una publicación que ha conocido tiempos mejores. Es lo que le faltaba a esta versión corporativa y marketinera de la RS: hacer suyo el paradigma de la revista Noticias, ése de las tapas engañosas y de alto impacto como puerta de entrada a contenidos insulsos que son pura opinión e interpretación, con poca o nula información.

Ojo que para el público de algunas cosas no se vuelve… Aunque de otras parece que sí. Por ejemplo, a este muchacho F*ntanet la gente lo sigue yendo a ver.