Conductos olímpicos

Implotado por Ruizist! el 22.02.06 @ 19:50 | 1 comentario
Temas recurrentes: Citas/Contexto, Geopolítica, Medios |

“Para los miembros de la clase dominante, la Argentina está formada sólo por tres ‘clases’ (…): la ‘gente distinguida’ (la ‘gente’, o la ‘gente bien’ o bien la ‘gente decente’) en la cúspide; el populacho indistinto, la ‘chusma’ abajo del todo; y entre los dos una población entremezclada, bulliciosa, deseosa de confundirse con los ‘olímpicos’ que a veces se califica peyorativamente como ‘medio pelo’. (…) El acceso a esta capa social relativamente estanca no responde a criterios funcionales o institucionales sino a posiciones jerárquicas heredadas. (…) Burgueses y capitalistas por su actividad de financistas y empresarios, los miembros de la oligarquía se asemejaban a los aristócratas por su estilo de vida y sus valores sociales. El patrón es más familiar con sus servidores que lo que los ‘burgueses conquistadores’ de Europa supieron serlo jamás, porque no mantiene con ellos relaciones funcionales de superior a subordinados sino relaciones ‘paternalistas’ de persona importante a individuo insignificante. Es una diferencia de naturaleza. Esa ‘conciencia de clase’, o aun de casta, no es más que un aspecto manifiesto de la distribución del poder social. (…) ‘El secreto de su poder’, escribe un ensayista contemporáneo, ‘es una especie de poder tentacular que impregna todas las instituciones sin mostrarse’. La prensa y la escuela son los dos conductos institucionales para esa infiltración ideológica que contribuye a moldear las mentalidades. Los dos diarios argentinos más importantes, La Nación, fundada por el general Mitre, y La Prensa son instituciones nacionales. Por lo menos hasta 1945, nadie ponía en duda la autoridad de la ‘prensa seria’ que se leía reverentemente en todas partes. Estos órganos, propiedad de grandes familias, reflejan los intereses del grupo dominante”.

Alain Rouquié, Poder militar y sociedad política en la Argentina I, pp. 46 a 51, Emecé editores, Buenos Aires, 1981.

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  1. Me extrañó no encontrar ninguna respuesta y/o comentario a este post. Me parece que es de lo más interesante y descriptivo que leí de un tema que me tiene pensando hace largo rato.

    La conciencia social, transmutada en el espacio de poder, es el elemento más impregnado dentro de la sociedad argentina. Porque en teoría, todos los argentinos, en la misma medida -aunque no en la misma ubicación social-, comprendemos proporcionalmente a cuanto generamos. Comprendemos el poder que dominamos, pero somos pasibles de ser dominados por el poder que no pueda ser comprendido. Y nunca nuestro espacio de comprensión ni de poder será mayor al que se nos vaya a destinar, incluso mucho antes de existir.

    Pero existe el arte, muchachos. El arte que le falta a la Política, donde “arte” es que Menem y Duhalde hayan sido amigos, enemigos o parte del pasado de la misma forma que, mientras tanto, sus intereses ganaban espacio de poder en los medios, en los asilos de la justicia elegida a dedo y en los negocios de la droga.

    Existe el arte cuando somos capaces de comprender el poder sin una necesidad intrínseca de necesitar comprender primero hasta cuánto poder podremos acaparar.

    Existe cuando sepamos diferenciar claramente entre conceptos del progreso, algunos más mediáticos y mediocrizados (valga la redundancia), y así eliminar todo lo que no sea artístico. La xenofobia, la discriminación, el racismo. A no todos les resulta lo suficientemente agradable cambiar ese parecer, porque están conformes con el poder que se les confirió en herencia. Y porque, supuestamente, no tienen que comprender la maravilla ante Sábato o Dolina. Eligirán al más blanco o al menos tradicional, pero nunca podrán ir a los dos extremos. Para esa gente que no conoce el verde, sino que eligen entre el azul y el amarillo, en falsos purismos, está hecha la actual clase dominante.

    Lo cual no quiere decir que nosotros, con cuantos verdes elijamos, no podamos acceder por fuera de esos conceptos chiquitos, a una real dimensión de lo que queremos en la vida. Sin que nadie tenga que preconcientizarnos. Ni la escuela, ni la prensa. Solo nosotros y los matices entre nosotros.

    Comentó Guido el 03.03.06 a las 5:55 pm — #permalink

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