Discursos sin dueño

“En Occidente, desde la Antigüedad clásica hasta la llegada de la Imprenta, imperó un concepto de autor y de autoría. Esta figura de autor, debilitada por la ausencia de control en la trasmisión textual (…) se puede resumir en el célebre dictum de Quintus Aurelius Symmachus (siglo IV d.C.): ‘Oratio publicata, res libera est‘. Es decir, una vez publicado, el discurso no pertenece a nadie.”

[fragmento de Historia del plagio en elplagio.com]

Al final la piratería es un regreso a las fuentes y nadie nos avisó (?). El amigo Quintus Aurelius sería una especie de ideólogo de Fa.Sin.Pat., pero de la propiedad intelectual y varios siglos antes del capitalismo, el copyleft y la mar en coche.

Qué vivo, así cualquiera (?).

Un juguito para los oídos

“Creo que existen algunas eras, como la que vivimos actualmente, donde la cosa se inclina más hacia los productos que contienen música. Es algo parecido a esas bebidas baratas que uno encuentra en un mal supermercado, que dicen ‘Contiene un 10 % de jugo’.”

[Iggy Pop, en declaraciones levantadas por NME]

El cortoplacismo hace la felicidad

“La idea del corto plazo de felicidad que otorga el peronismo, de que la fiesta se va a acabar pronto, a mí me parece fascinante. Creo que esa es la verdadera acción política del peronismo: creer en el corto plazo y no el largo.

¿Vamos a sacrificar generaciones por el futuro? Si todo el capitalismo es una fantochada. Entonces, en lo único que puedo creer es en el corto plazo. Si hay guita ahora, disfrutemos ahora. Eso es insoportable para el establisment.”

[Daniel Santoro en revista La Maga Nº3, diciembre de 2011]

Sirva la noción de cortoplacismo también para definir esta nueva etapa —para colmo macrista en las sombras— de la revista La Maga. Su creador DanielCarlos Ares la pasó a valores después de solo tres números, tentado por la oferta de liderar el nuevo multimedios de la ciudad que cranean los cráneos del PRO.

Y un aplauso también para mí, que me comí el amague (?).

El rock estúpido

“En un momento se empezó a divulgar, sobre todo cuando el rock se industrializa en la segunda mitad de los ’70, que la letra se terminaba en el estudio, no importaba. Y la letra entró en una desvalorización que se reforzó diez años después con la llegada de la democracia, con la idea de ‘ya fue mucho bajón, es el tiempo de la fiesta’. Se canta ‘hay que hacer la cola, mueve tu cucu’. Con el menemato la letra no importó más, surgieron los corralitos literarios”.

[Gabo Ferro y su versión de la estupidización del rock, en la revista Veintitrés]

La música y el culo

“Durante un año no tuvimos noticias del tipo [N. del P: se refiere a Jorge Álvarez], pero un día me envió un pasaje a Nueva York. Me dijo: ‘El disco lo tengo yo, por favor tomate un avión para firmar un contrato con PolyGram’.

Cuando llegué era pleno invierno y Álvarez me estaba esperando en un taxi. Íbamos viajando juntos y me dice: ‘¿Sabés qué pasa, Alfredo? El disco tuyo es para PolyGram como para mí esta moneda’, y la tiró por la ventanilla. Ahí me dijo una frase que siempre voy a recordar: ‘¿Qué es más importante para vos? ¿Tu música o tu culo? Si preferís tu culo es que no te interesa tanto la música’.

Me quedé una semana encerrado en el hotel, negado a todo. Algunos de los que se quedaron hubieran querido que entregue el culo. Pero no”.

[Gente que no: postpunks, darks y otros iconoclastas del under porteño en los 80, VV.AA., pp. 146-147, Ediciones Piloto de Tormenta, Buenos Aires, 2010]

Pintoresca (?) anécdota del ignoto Alfredo Peria, miembro de los casi igual de ignotos Mimilocos, con el mítico productor ya mencionado. Desde aquí, brindamos por los discos inéditos y los culos invictos, una dupla que sin duda hace la felicidad a largo plazo (?).

Pintó el amor (?)

“En la balada encontré la misma intensidad que en el heavy metal. El heavy metal es un romántico más evolucionado. Y veo que es inclusive más turbulento y fuerte dentro de la psicología. Si te metes fuerte en el heavy te puedes dar cuenta de que es demasiado romántico.”

[Cristian Castro, en una lisérgica nota de 2006]

No puedo evitar que me caiga bien este pibe. No su música, por supuesto. Pero sí su permanente discurso protorrockero nostálgico en territorio enemigo (?), su megatatuaje de Tool en la espalda y otros guiños que deja caer todo el tiempo como sin querer, la mayoría en la forma de tiros para el lado de la justicia. O al menos de la no sordera.

Además somos muchos quienes lo ungimos como hijo natural de Brindi$i. Ya hace música “romántica” y le gusta el heavy metal, ahora falta que le pegue con las dos y cartón lleno (?).