De Almafuerte al happening Iorio

Ahora el Richar’ es tan famoso que por las dudas avisamos: además de salir en la tele, también tiene una banda y de vez en cuando toca (?). Almafuerte hizo la clásica fecha de fin de año en Capital y allí estuvimos para ver, escuchar y escribir con algo de delay, como para cerrar este escuálido 2012 con un ápice más de dignidad.

Cuando uno se vuelve viejo, llega a los recitales con puntualidad y lo mismo espera por parte de organizadores y/o músicos. Esto en el rock raramente pasa, y esta vez no fue la excepción. Pero así como me quejo, afirmo lo siguiente: rock, lo que se dice rock, era Hermética en la Federación de Box, que se anunciaba a las 23 y empezaba a las 3 de la matina, dándote tiempo suficiente para escabiar, fisurar, dormir la mona y despertarte 15 minutitos antes para ver todo bien pila. O al menos eso dicen (?).

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LTAdentrismo urbano (?)

El presupuesto Dibu 2013 (?), la suba del ABL, el proyecto de ley de traspaso del subte, la Quemita con peligro de expropiación, la prohibición de escuchar música sin auriculares en el transporte público. Ah, y las omnipresentes bicisendas, un sector en permanente ascenso.

Del otro lado, una mísera pintada. Que gane el mejor (?).

Vade retro reptiloides

El Richar’ hizo su programada aparición en Mundo Casella de todos los fines de año (al menos de 2010 a esta parte) y revisitó tópicos a discreción. La primera entrega fue hace una semana, pero no quisimos apurar el post para que no se arrebate (?). Luego de ver la segunda parte, algunas cosas se entienden más y otras, para ser justo, bastante menos. La gran novedad de esta edición fue el concepto de “cerebro reptiloide” con el que, al parecer, Ricardo intenta explicar la evolucióninvolución de la humanidad en varios sentidos.

Iorio está convertido en todo un showman. Hace y deshace frente a las cámaras a su antojo con la venia —a veces acompañada de risas incrédulas y/o muecas de espanto— de un Casella entregado a lo que pueda venir, con el pitido siempre a mano por las dudas (?). ¿Vale la pena a esta altura resaltar lo más colorido (?) de sus dichos? ¿Buscamos sus verdades o nos quedamos con los exabruptos? Queda a elección de cada uno: ese plato se come a la carta.

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