Confrontar o no confrontar

“La propuesta de la no confrontación (…) sólo puede ser idea de quién sabe que es más débil. O, que es más débil su razón. Y entonces no le conviene. Pero no conozco a nadie que resigne su supervivencia, mucho menos entre los grupos empresarios corporativos que diseñaron la estrategia de la no confrontación.

Lo que no les conviene no es la confrontación, eso, sépanlo, nunca lo van a abandonar. Dirigen el discurso contra la confrontación, sin embargo, porque lo que no quieren es que la contienda se lleve a cabo sobre el escenario, ante el público. Se manifiestan en contra de la confrontación cuando lo que quieren, en realidad, es correrla de la escena pública”.

Extracto de uno de los últimos posts de El Club del Fernet, un nuevo agregado al blogroll que arrancó (al menos en recepción, por este lado) con perfil altísimo. Parece que los muchachos no aflojan ni con los 38º de térmica del verano que supimos conseguir. Y eso que todavía hay que pasar el invierno (?).

Sin cobertura

El cinturón bomba que llevaba se activó con el mensaje
Una terrorista rusa recibe un SMS inesperado que la hace saltar por los aires

Los planes de la terrorista suicida era atentar el día de año nuevo, pero todo se adelantó cuando recibió un SMS que activó su cinturón bomba. La mujer rusa saltó por los aires al recibir el mensaje de texto de su compañía telefónica que la felicitaba por año nuevo.

[fuente]

No es el mejor fin/comienzo de año imaginable, está claro. Uno cuando brinda no pide estas cosas (?). Se me ocurre además que la gente que te trabaja este rubro (?) debe tener una agenda ajetreada para sus últimas horas en este mundo. No hubo caso.

En el aire queda flotando la duda: ¿el carrier telefónico evitó decenas de potenciales muertes o fue el responsable directo y concreto de una? Yo por las dudas me tiraría el lance y les mandaría una carta documento. En ruso, para más datos (?).

Polirrubro

Pared felizmente escrachada por partida doble en la ciudad de San Juan. Notar que el amigo había quedado tan automotivado con su máxima que le pintó poner “fueRRa baRRick“, un exhorto póstumo que le salió con los dientes bien apretados.

Quien acote que a una de las palabras le falta un acento (o tilde, si estás zarpado en careta (?)) será tachado de vigilante irredento.