Macartismo encuesteril (?)

Últimamente, y merced a los tiempos de campaña permanente que nos toca vivir, fui víctima de la inseguridad telefónica (?). Esto es, de varias encuestas mediante sistemas informatizados a las que uno se expone, sin comerla ni beberla, cuando decide atender la llamada de un número privado. Con la de hace un rato ya son tres las veces que me agarraron con la guardia baja y al pedo. Dos de las encuestas fueron a cuento de las elecciones, y la tercera acerca de otra cuestión que nada tiene que ver con el tema de este post.

Hace algunas semanas, el actual gobierno de la ciudad quería saber si estaba conforme con su gestión. Esperé hasta el final por la opción “sigan participando” pero no estaba incluida (?), así que la olvidé rápidamente. La experiencia de hoy, sin embargo, se hizo acreedora de este post por el increíble nivel de persecuta política de su cuestionario.

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Cagatintas

Cuando Mariano Moreno fundó La Gazeta de Buenos Ayres en 1810, seguramente no esperaba que sus sucedáneos se ocupen de cosas tan importantes como éstas. En su día, un buen autohomenaje sería intentar pasar 24 horas sin mentir. Si no es mucho pedir y no interfiere con alguna de las operaciones que tienen en parrilla, claro.

Otra que Aníbal (?)

[irradiada por Jotase, tomada en la enigmática “ciudad donde son todos evangelistas”]

Piratas de la nada

‘¿Cómo me va a parecer mal que me pirateen? Yo mismo lo hubiera hecho. Que se lleve la moneda toda esa gente marginal y que hagan negocios esos ladrones, que no son peores ladrones que los señores que se llevan todo desde la cima de la gerencia de las editoriales. Si eres un artista, hasta debes ponerte feliz de que te roben lo que tampoco era tuyo…’.

(…) Coincidí plenamente con estas declaraciones. Un artista es un ladrón. Si fuera un trabajador, debería cobrar sueldo. Así que: a nadie lo que es de nada.

Enrique Symns, de su texto La venganza de los piratas