Retórica

Los rugbiers uruguayos, que se manducaron crudos a sus compañeros recién espichados, ¿tenían códigos de vestuario?

Para pensar (?).

Por favor, no

Dos componentes de Led Zeppelin, Jimmy Page y John Paul Jones, han vuelto a los estudios de grabación junto a Jason Bonham -hijo del fallecido batería de la banda John Bonham– para componer temas que podrían dar lugar a un nuevo álbum del mítico grupo de rock británico. El solista de la formación, Robert Plant, todavía no está presente.

[fuente]

Ya podrían dejarse de joder con esto, ¿no? Fue suficiente con ver a Page pasar papelones en la reciente ceremonia de cierre de los JJ.OO. con el pseudo-pastiche de Whole lotta love, o haberlo visto rifar Kashmir al mejor postor hace 10 años. ¿Se acuerdan? Ganó Puff Daddy, y el riff del tema (vuelto a grabar por Page mediante teleconferencia con P. Daddy en un penoso rol de “productor” remoto) fue a parar a un tema ladri titulado Come with me que se incluyó en la banda de sonido de Godzilla.

¿Tan difícil es que Plant siga haciendo esos maravillosos discos solistas y que Page vuelva a grabar discos de blues (o se dedique a cuidar a los nietos, que además bien merecido lo tiene)? ¿Qué se les va a ocurrir mañana? ¿Desenterrar un track de batería de Bonzo para hacer un engendro como el de McCartney con la voz de Lennon en Free as a bird o Real love?

¿Tan difícil es dejar que el dinosaurio descanse en paz?

La otra fábula del rey desnudo

“La tragedia de Cromañón ha suprimido (…) un factor esencial de la cultura rock: el riesgo. Hasta no hace mucho tiempo, oír que el rock pidiera la presencia del Estado, hubiese sonado irrisorio. Históricamente, la cultura rock ha desdeñado de la idea de un Estado protector por considerarla fascista. O burguesa. O conformista. O capitalista. O todas esas cosas juntas. (…) La protección del Estado estuvo asociada a la intromisión y la represión sistemática: redadas, escarmiento, discriminación, arrestos. Cromañón desarticula el truco del rock y lo deja al descubierto, con sus falsas rebeliones, sus ingeniosos juegos de palabras que quieren pasar por poesía, sus ridículas autodenominaciones. Asistir a un concierto luego de Cromañón, por mucho que nos esforcemos en saltar, se asemeja demasiado a dos cosas, una peligrosa y la otra patética: bailar sobre los muertos y hacer ejercicios aeróbicos.”

[de un post sobre Cromañón en el excelente Il Corvino]

Recordman

Se equivocaron de muñeco, el que batió el récord en mandíbula en el canal de noticias de la noble Ernestina es el Bebe Contepomi…

Justicia para los ciegos

A horas de que comience el juicio por Cromañón, en medio de la advenediza retahíla de informes “especiales” y “exclusivos” totalmente vaciados de contenido y apelando al golpe bajo sistemático para llenar espacio (en este rubro se lleva las palmas el cada vez más afectado Andrés Klipphan con su miserable programa de anoche en C5N), de las esperables medidas de seguridad para proteger a los acusados (especialmente a Chabán), la virtual prohibición de ingreso a la sala para los familiares de las víctimas y, me permito, la seria duda de que se pueda llegar a algo con un juicio que tardó casi cuatro años y en el cual sobran los “¿yo señor? no señor” (empezando por la banda), a algunos todavía les queda ánimo para desafiar la credulidad de quienes tienen algo que ver con el asunto.

Primero fue Callej**os y la retórica burlona de las letras de su último disco, una nueva provocación hacia quienes siguen llorando sus muertos y a la vez una nueva forma de perpetuar su archiconocido mantra de “fueron todos menos nosotros”.

Y ahora, faltaba más, son sus “fans”. Con el termo puesto en la cabeza desde diciembre de 2004, vuelven a la carga con su postura de viuditas dolidas y en unas horas pedirán por la inocencia de sus ídolos de una manera bastante particular.

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Papelón de reciclaje

Me advertieron sobre Artilaria, “ojo que es de un chabón que está con Macri”. Me advirtieron y no quise escuchar… sólo para desayunarme con que la frutilla de la torta entre las “celebridades” que matan el tiempo de su ostracismo haciendo changas con cursillos varios en el reducto palermitano es el ex Alianza, ex de la Epumer y ex-cétera (cuac), como pueden leer en la imagen de arriba. No lo quiero ni nombrar, no vaya a ser cosa…

Cuestión que, con un par de cursos de Artilaria en el lomo, me siento un contribuyente de la caja negra del macrismo en Capital. Así que ya saben, está abierta la inscripción (?).