Heavy + hippie = Natas

Una pequeña oda a Los Natas, que extrañamente todavía no habían aparecido en este blog en lo que va de 2005. Vida y obra del trío más fumado, a continuación.

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Sergio Chotsourian, cerebro y líder de Los Natas, se ve calmo en una tormentosa tarde, en su sala ubicada en lo menos Hollywood de Palermo Hollywood. Está, como siempre lo hace, experimentando nuevos sonidos con sus guitarras. Se lo ve contento; ha podido comprarse ese equipo valvular que siempre soñó. Recuerda, añora, viaja inmóvil, medita; se da cuenta de todo lo que han crecido. Les ha ido bien estos últimos años. Los shows son cada vez más importantes, los discos ya son obras de culto aquí y allá, editan en vinilo (sueño de toda banda con perspectiva a los 60s y 70s) y hasta se dan el lujo, una vez por año, de girar un mes entero por Europa.

Este año cumplen una decena de ciclos terrestres juntos. Las cosas marchan prósperamente. Han juntado cuanto bicho raro habita estas ciudades, sediento de rock y del disfrute de un show escénico excepcional, ornamentado con proyecciones lisérgico-psicodélicas o documentales que muestran el rústico -pero impactante- éxtasis de las ceremonias tobas, impulsados a tales ritos chamánicos por el alcohol de raíces o ciertas substancias psicotrópicas naturales que ingieren con frecuencia.

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Hasta luego, Natas

Octavo encuentro del año entre Los Natas y yours truly, algo accidentado esta vez. Para empezar, llegué tarde pese a ir confiadísimo de haber salido con tiempo de sobra. El inicio estaba anunciado a las 21, pero los horarios en el rock son siempre un dibujo. La vez anterior, un viernes, no había empezado hasta las 00:30. Pero esta vez largaron apenas después de las 23, y haber llegado casi 15 minutos después nos valió perdernos el doblete de apertura ideal (2002/Planeta solitario) y Tufi Meme.

Entramos mientras sonaba la intro de Ciudad de Brahman, y costó reponerse del mini-shock de entender que nos habíamos perdido parte del show y entrar en clima. Para colmo de males, algo me estaba bailando un malambo en el estómago y a los pocos minutos debí conformarme con escuchar uno de los temas nuevos desde los poco glamorosos baños de Niceto, mientras abría paso a una implosión líquida de mis intestinos. Shit, que le dicen.

Para no aburrir con mi actualidad gástrica, vuelvo a la noche del sábado; no había mucha gente (bastante menos que en la fecha de noviembre, también en Niceto), pero pese a eso decidí empezar viendo el show desde atrás, cosa que tampoco colaboró para entusiasmarme demasiado con esa primera parte del recital. Recién durante Tormenta Mental me decidí a escabullirme por un pasadizo lateral para llegar bien adelante, a centímetros del escenario pero de costado.

Recién cuando la bestial versión del tema de Hawkind me caló hasta los huesos empecé a entrar en calor. Esta vez lo hicieron sin invitados, sin intrusos, sin interferencias: sólo ellos tres. Y el resultado fue más poderoso que nunca, de lo mejor que les escuché en 2004. Antes había pasado la otra parejita importada desde Corsario Negro (Contemplando la niebla + Bunburi), también exquisitos temas viejos como Soma y El Negro y la hipnótica Qué rico, que cada vez más se parece a un perfecto resumen del muestrario de climas que ofrecen Los Natas cuando se los ve en directo.

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Bonus track

Los Natas habían amagado con despedirse del público argento por este año para irse a girar por Europa, pero…

París bien vale una misa. O algo así.

10 años de Natas: los cumplieron feliz

Mi humilde intención es que estas pobres líneas sirvan de consuelo (mínimo, pero consuelo al fin) para los que no pudieron asistir a esta memorable noche en Niceto. Los Natas cumplían 10 años y hacían su último show del año en el país, de eso iba la cosa.

No tiraron la casa por la ventana con una gran producción, pero sí le dieron bola a los detalles importantes: tocaron 2h 15m (el show más largo de los que me tocó ver este año) y el sonido fue de puta madre. Pese a que la entrada convocaba a la monada a las 22:30 no empezaron a tocar hasta casi dos horas más tarde, extendiéndose hasta pasadas las tres menos veinte del sábado.

El playlist abundó en temas viejos, algunos sólo para entendidos. El arranque con Soma y El negro, ambos de Delmar, fue una sorpresa para más de uno, pero cumplió con su cometido de empezar a destrozar cerebros desde temprano. Luego vino otra dupla que últimamente volvió a ganarse un lugar de privilegio en el vivo de la banda: Bumburi y Contemplando la niebla. Unos minutos más tarde vino el insuperable comienzo de Ciudad de Brahman: algo más de 20 minutos de deleite con Carl Sagan, Meteoro 2028, Tufi Meme y Ciudad de Brahman, los cuatro pegaditos.

A esta altura el orden exacto de los temas se me comienza a escapar un poco, pero sí recuerdo algunas secuencias inseparables entre sí. Promediando el show arremetieron con Qué rico, Traición en el arrocero (versión speed de Tomatito incluida) y el propio Tomatito, ya con el arreglo incluido en el Toba Trance. En algun lugar del show apareció también Delmar, se me ocurre que antes de la seguidilla más revientaneuronas de la noche: El cono del encono, El bolsero y Tormenta mental.

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Natas versión Quilmes: reseña tardía

No pude asistir a *ninguna* fecha del Quilmes Rock, pero para cubrir el show de Los Natas hemos tenido la suerte de contar con una cronista adolescente destacada (!). Un breve punteado del show, a continuación:

* Natas se presentó en el Escenario 1, el mas importante de los dos mas chicos, a eso de las 19 hs. del sábado 9. Tocaron más o menos 40 minutos. Luego de ellos cerró Adicta (no comments).

* Se escuchó muy fuerte y mejor de lo podía esperarse. pero Sergio Ch. estaba re caliente con el sonidista. Aparentemente en el retorno de Sergio no se escuchaba la viola sino el bajo (!). Delicias de los festivales rockeros.

* Playlist (incompleto): abrieron con Contemplando la niebla y pasaron Tufi Meme, Qué rico, El cono del encono y Patas de elefante. Algún inconsciente (!) les pidió Xanadu, pero Walter se cagó de risa y obviamente siguieron en la suya.

* Según la observación in situ de nuestra cronista, se vi mucho natero, mucha remera natera y mucho humo (dato casi redundante). Casi todos hombres, pocas mujeres.

Ese fue todo el reporte desde el burgués barrio de Caballito. Lo bueno, si breve… es un show de Natas en el Quilmes Rock.

Acusti-casi

Los Natas dejaron su sello nomás en el ciclo El Nuevo Acustic(az)o, organizado por el CCE Buenos Aires. Solamente había 150 entradas, que se tenían que retirar con anticipación ese mismo día, pero el lugar (en Florida y Paraguay, pleno microcentro) estaba hasta las manos. Había gente en el pasillo, en la escalera y afuera. Enhorabuena para la banda, que sigue convocando en todos lados y en los horarios más inverosímiles (esto fue el martes pasado a las 18:30, por si no sabían).

Desde que me enteré de este show me preguntaba como respondería la banda ante el desafío del formato acústico. Bueno… por ahora me voy a quedar con la duda. Salvo el charango que metió el Crudo Villagra y el amague de percusión que improvisó Waldo en el tema de apertura, La tierra del fin, todo fue a pura electricidad.

El comienzo del set, como viene sucediendo últimamente, estuvo dedicado exclusivamente a los temas de Toba Trance. Pasaron Tomatito (por duplicado, primero en la versión del disco y luego a toda velocidad en medio de Traición en el arrocero) y Qué rico, además de un tema nuevo un poco más rockero que la media de los que integran el último disco de la banda.

Una agradable sorpresa fue el doblete de Contemplando la niebla y Bumburi, temas de Corsario Negro que ya no suelen tocar en vivo. Ciudad de Brahman brilló por su ausencia una vez más (mal ahí) y luego del furibundo cierre con Humo de marihuana la monada pidió una más y haciendo caso omiso a los pedidos (más orientados a hits como Meteoro 2028 o Planeta Solitario), cerraron con otro tema nuevo al que presentaron como El bolsero.

No hay mucho más que agregar ni quiero hacerlo. Si reitero una vez más que Natas en vivo es lo más y que *deben* ir a verlos cuanto antes si aún no lo hicieron, me van a tildar de talibán, quizás con algo de razón. Sí puedo decir algo de las bandas soporte: Bicicletas son realmente buenos, especialmente su cantante, especie de mezcla deforme entre Thom Yorke y Billy Corgan.

Para cerrar, comento que Natas va a estar haciendo dos fechas más en octubre con las que posiblemente cierren el año (parece que se van de gira a Europa los pibes… mala vida). Una es este domingo y otra el sábado 22 en Niceto (último Viernes Verde del año). Vayan, vayan, vayan. Nos vemos ahí.