Grandes fisuras del rock nacional

Qué es el rock sino el refugio por excelencia de fisuras y cabezas de tacho de entrañable calaña. Como ya habrán notado, no estamos acá para hacer amigos, así que como programa para el fin de semana proponemos sumar nombres a esta formación tentativa de rotos y descosidos del rock nacional. Hace unos años, el pobre Kuyumchoglu acometió la dura de intentar ponerse al frente de un equipo de fútbol de “artistas”: actores, músicos y otros de profesión border o indefinida. No imagino hombre capaz de tarea similar si enfrente le ponemos a estos nenes para que arme un seleccionado.

Sin más preámbulos, los nombres de este once titular de limados consuetudinarios.

Pity Álvarez (c): Al arco para protegerlo, porque últimamente nos han llegado noticias de su movilidad reducida. No necesita presentación, aunque quizás no esté de más repasar­ un arbitrario greatest hits: choreo de remises y cámaras de canales de televisión, balazos en miembros inferiores a miembros de su management, militancia antipaco de chamuyo (haz lo que yo digo, no lo que yo hago), portación de armas a plena luz del día, cata de hongos en sopas fermentadas… y la lista sigue. Un auténtico border, sin más.

Gustavo Cordera: duro irredento, según las crónicas la última vez que pestañeó fue en la década del ’90 y por error (?). Puede ser un baluarte de la defensa: si no te puede sacar la pelota por las buenas, te corre y te empieza a hablar hasta que se te derriten los oídos.

Ricardo Iorio: el otro potencial y marmóleo integrante de la pareja de centrales. Hemos escrito hasta el hartazgo sobre el Richar’ aquí y creo que, a esta altura, no hacen falta mayores explicaciones. Por Jesú’ (?).

Bocha Sokol: otro que llevó la fisura hasta las últimas consecuencias. Petiso y ligero, podría ser un interesante marcador de punta.

Toti Iglesias (Jóvenes Pordioseros): la escena rolinga hardcore no podía estar ausente del listado con uno de sus mayores exponentes. Pasó de adicto a sustancias ilegales a fanático del Nastizol y dice que está recuperado. Hay algo mal en esa oración, ¿no? Mírese al espejo y sea bueno, mostro (?). Lo ponemos de lateral del otro lado, pegadito a la línea de cal (el chiste es obvio, pero había que hacerlo).

Ricky Espinosa: otro border que llevó su condición como marca en el orillo. Alcóholico confeso, estaría feliz de llevar en la camiseta el esponsoreo de Tang, jugo en polvo que en sus últimos años mezclaba con alcohol fino. Puede ser el 5 que distribuya la falopa al resto del team desde el más allá (?).

Joaquín Levington (Sponsors, ex Turf): gurú del paco (?). Gran impulsor del bazuco entre la juventud rockera de clase media y los infaltables niños ricos que tienen tristeza, su labor de difusión (?) llegó también al género femenino; para más datos, ver el caso de Celeste Cid. Por suerte, la incansable groupie del rock argento está mucho mejor: ahora sale con…

Chano (Tan Biónica): Los Beatles tomaban LSD y al mismo tiempo desgranaban versos como “newspaper taxis appear on the shore waiting to take you away“. Este faloperito de cabotaje vive duro todo el día para componer “como me gusta verte caminar así, me quedo con vos, yo sigo de largo, voy a buscarte“. Encuentre las siete diferencias (?).

Tanguito: el primer roto del rock nacional, tenía que estar en el listado aunque más no sea por trayectoria. Su droga predilecta eran las pastillas. Suponemos que el Toto Lorenzo hubiera estado encantado de tenerlo en su plantel (?).

Juanse: en Villa Devoto, la farmacia que siempre estaba de turno para los amigos la manejaba de forma amateur y desinteresada (?) Juan Sebastián Gutiérrez. Juanse, para los amigos. Vendas, ungüentos, apósitos, y sobre todo de lo otro (?).

Fidel Nadal: el típico jipi fasero mugriento con rastas que no puede faltar en ningún listado estereotípico de drogones. Para darle vuelo y fantasía a la delantera.

Luca Prodan (DT): un adelantado. Trajo todos los sistemas que se usaban en Europa (además del reggae, aunque para eso el indulto lo tiene que tramitar un tribunal especial). Debe destacarse que vino pre-fisurado de origen (?) como para no hacer tanta alharaca. Heroína, ginebra y pases cortos (?).

En el banco de suplentes van los que están (o dicen que están) recuperados de la caravana, pero siguen esperando su oportunidad por volver al campo de juego.

El Cabra de Vega (Las Manos de Filippi): alcohólico recuperado, lo suyo parece sincero.
El Mono (Kapanga): ídem. Se le complica un poco cuando invitan a su banda a tocar en los distintos festivales de la cerveza por el interior del país, pero la lleva con hidalguía.
Ricardo Mollo: de trabajarse el tabique consuetudinariamente a vegetariano que se castiga con jugo de zahanoria y tomate. Un caso ejemplar.
Charly García: acá ya empezamos a morder la banquina. Charly está empastado a más no poder y sus reflejos están seriamente dañados. Por lo menos ya no se droga (?). Está para 10/15 minutos, no más.
Andrés Calamaro: no sabemos si se sigue dando con la misma intensidad que antes. Como mínimo es adicto a las pendejas y a Twitter, y sabemos de primera mano que tiene un psiquiatra personal, quien se empeña en aconsejarle cosas para que el bueno de Andrelo haga exactamente todo lo contrario.
Tano Marciello: otro caso de pincheto y alcohólico reformado que parece ir viento en popa.
Germán Daffunchio (Las Pelotas): quizás la imagen del durazno por antonomasia del rock nacional. Dicen que en Nono el aire de la sierra le pega bien y la pilotea mejor. Pero si se lesiona alguno del elenco titular, se perfila como jugador número 12 (?).

Completan el plantel: Gaby Carámbula (ex y ¿nuevo? violero de Fito Páez, entre otros), Manuel Quieto (La Mancha de Rolando), Luis Alfa (C4, ex Resistencia Suburbana), Crudo Villagra (ex Los Natas), Coki Debernardis (Coki & The Killer Burritos), Popono Romero (Los Vándalos).

Menciones especiales:

Fabiana Cantilo (madrina/mascota): entre tanto olor a huevo, necesitamos una representante femenina que conozca la trasnoche en profundidad. Si le queremos encontrar una utilidad, puede ser la aguatera que le meta un par de pastis al bidón. De lo más selecto de su botiquín al mundo (?).

Juan José Camero (coach ontológico): medio descolgado, sí, pero no podía faltar. Si hay alguien que fue y volvió de los abismos del Termidor (?), ese es JJ. ¡PODER!