La doble trampa de la industria musical

Implotado por Ruizist! el 22.11.10 @ 0:02 | 12 comentarios
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“Vivimos en una era de m�sica hecha para gente a
la que no le gusta la m�sica. Hace alg�n tiempo, la
industria discogr�fica descubri� que, en realidad, la
m�sica no le gusta a tanta gente. Para muchos, la
m�sica es molesta, o en el mejor de los casos in�til.
Descubrieron que si pod�an venderles m�sica a muchas
de estas personas, iban a vender muchos m�s discos.”
T-Bone Burnett, m�sico y productor

El cambio de paradigma en la industria musical mundial ya no es noticia. La “revoluci�n digital”, las ventas por Internet que proyectadas van camino a aniquilar a las formas de comercializaci�n tradicionales, el modelo de descarga por tema y no por �lbum… cada uno podr� completar el cuadro de situaci�n a su gusto. Quien m�s o quien menos, todos nos hemos topado con alg�n texto period�stico-propagand�stico sobre estas nuevas tendencias.

La adaptaci�n de esta nueva realidad al medio local, sin embargo, todav�a est� en veremos. M�s a�n si nos circunscribimos al rock.

Las majors siguen de pie, aunque uno se imagina que deben tener la silla (tranquilos: el ata�d todav�a no) a mano. El resto del panorama est� atomizado en distintos esfuerzos indie con mayor o menor suerte, sin que esto necesariamente signifique mayor o menor calidad musical. Por suerte, el DIY sigue tirando m�s que una yunta de bueyes.

Sin embargo, hay un problema subyacente para la situaci�n de la industria local. �C�mo se hace para predecir y modificar el comportamiento de las audiencias? �Qu� se le contrapone a un paradigma que afirma que todo debe ser gratis… y para colmo funciona de puta madre?

Podr�amos pasarnos toda la vida hablando de *la* m�sica, del hecho art�stico en estado puro; pero si hablamos de industria, tarde o temprano la discusi�n ir� para el lado de los n�meros. Y los n�meros en el �mbito local son raros. Las ventas de m�sica en soportes f�sicos se han desplomado, y la tendencia no parece tener retorno (ni aqu� ni en el resto del mundo, convengamos). Las plataformas de venta online a�n no est�n lo suficientemente desarrolladas, o quiz�s no sean atractivas para la otra pata de la mesa: las audiencias. No los llamamos consumidores porque para eso tendr�an que comprar discos (?).

He aqu� el quid de la cuesti�n. Sabemos que los precios de las obras de artistas con contrato discogr�fico est�n sobrevaluados hasta el bochorno. Un disco editado en 2010 puede llegar a costar la friolera de 40, 50, 60 pesos, e incluso m�s. Sin embargo, tampoco escuchamos a los sellos indies celebrar las rutilantes cifras de ventas de discos que efectivamente son mucho m�s accesibles, y que muchas veces directamente son s�lo apuestas a un futuro que puede ser promisorio… o el preludio de un casi inexorable suicidio comercial.

Con este panorama, el modelo de la industria vira hacia los shows en vivo (algo atendible), el merchandising y sus derivados (harto discutible, aunque ser� tema para otro momento). Y aqu� comienza mi humilde planteo: el problema con este paradigma es que, a menos que hablemos s�lo de segmentos ABC1 en todos los casos (algo factible para la pseudo-escena palermitana, pero impensable para el mapa m�s grande del rock federal), parad�jicamente se est� prohijando una generaci�n de no-compradores de discos y de no-asistentes a recitales. �Por qu�? Por motivos econ�micos, claro.

Al dejar casi completamente de lado los ingresos por venta de discos, necesariamente deben sobrecargarse los precios de los shows. Por estos d�as no es extra�o ver como bandas de mediana convocatoria cobran entradas que oscilan entre los 40 y los 80 pesos. De un show come mucha gente, lo sabemos; desde el m�sico hasta el sonidista, fletero, plomo, y sus respectivas familias. Pero al espectador y su bolsillo, que flaquea por varios wines, no le interesa la letra chica. Su presupuesto es y seguir� siendo limitado, m�s a�n para consumos suntuarios como el musical.

As� las cosas, quien elige no comprar discos y jugar todas sus fichas a los shows en vivo se enfrenta a una doble trampa. Por un lado deja de ir a la disquer�a porque consigue la m�sica gratis. Ahorra dinero, pero pierde la avidez del mel�mano iniciado, el acceso a informaci�n muchas veces inhallable en otro lugar m�s all� de las liner notes del CD elegido. Ni hablar de la paup�rrima educaci�n musical a la que se somete su indefenso o�do con los defectuosos bitrates de MP3 que son moneda corriente en la red.

Ahora bien: en el mejor de los casos, ese dinero ahorrado lo invertir� en recitales. Nada que decir aqu�; es posible y hasta probable. �Pero para cu�ntos recitales cada vez m�s caros (debido a que ya muy poca gente opta por comprar discos) le alcanzar� esa plata? En este contexto, las audiencias corren el riesgo de ser reducidas a meros puntos de pasaje de informaci�n, de alojamiento temporal para discos bajados y jam�s escuchados, o de ef�mero or�culo musical para amigos, conocidos o followers en redes sociales. Sin �nimo de ofender a nadie, si quiero que me recomienden un disco prefiero visitar allmusic.org. Pero a la vez tambi�n necesito el contacto con mis pares, ya que dif�cilmente quienes escriben en tan prestigioso sitio se hayan curtido con Divididos en Cemento o Herm�tica en Hangar (?).

En cierto modo, el exconsumidor de discos se autoimpone una condena. Menos discos en soporte f�sico pueden engendrar un criterio musical enclenque, parad�jicamente causado por una sobreexposici�n casi patol�gica a la oferta de m�sica digital y gratuita (un ejemplo de disfunci�n narcotizante 2.0), y una elecci�n obligatoriamente orientada a lo econ�mico de los shows a los que asistir�. La tendencia es preocupante, porque esta paulatina e involuntaria renuncia al recital como espacio de experiencia individual e intransferible podr�a ser la muerte definitiva del proceso de “degustaci�n” musical tal como lo conocemos.

Mi esforzada conclusi�n es b�sicamente que comprar discos y bajarlos no deber�an ser actividades necesariamente antag�nicas. Un remedio posible ser�a apoyar con el bolsillo a un pu�ado de bandas (alg�n grupo nacional con recursos limitados pero calidad musical relativa para el o�do entrenado, quiz�s) y seguir “sampleando” el resto del men� musical como siempre, con la PC prendida 24/7 y el parche inc�lume en el ojo. Imagino que los nietos de Coltrane no se van a enojar si me bajo la edici�n de lujo en FLAC de A love supreme, �no?

12 comentarios »

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  1. No vengo opinando mucho. Ac� un link del supl No del jueves pasado: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/no/12-5096-2010-11-22.html
    El canal Q acorta los hits de alta rotaci�n y pasa fragmentos de los temas en cuesti�n. Y tienen toda una argumentaci�n para justificar su posici�n.

    Coment� facu el 22.11.10 a las 4:23 pm — #permalink

  2. No se que me impresiono mas, si el post o la nota del comentario facu!
    Yo trabajo en transmisi�n y me toca uno de los canales de m�sica, y por suerte a la noche (mi horario) dejaron de pasar 10 temas repetidos hasta la eternidad y dentro de todo pasan un poco mas de m�sica! (a veces). Mejoro bastante la noche desde la entrada del nuevo gerente de programaci�n (o como se llame) hace cosa de un a�o o un poquito mas.
    Pero de d�a ni idea, ya que no lo miro.

    Coment� cHaROl el 23.11.10 a las 4:54 am — #permalink

  3. Yo creo que las ganas de culturizarse sobre m�sica en definitiva dependen de cada uno; es decir, de cu�n expeditivos seamos para buscar los discos, para animarse a preguntar sin asco “che, esta bueno esto?”. En definitiva, yo supongo que esas ganas de escuchar algo nuevo son una forma de amor por la m�sica. Creo que se sigue amando a la m�sica.

    Y lo de los recitales es una movida l�gica. Te banco con que es saludable pasar por una disqueria cada tanto y llevarse un par. Pasa que creo que cabe mencionar que en el recital juega el fanatismo mucho m�s que en el acto de comprar un CD, y eso es una brecha que el Rock tarde o temprano iba a aprovechar porque es un negoci�n, aunque hubiese funcionado el copyright (?) y fuese imposible hoy bajar discos por inet. Ver a McCartney por ejemplo, iba a ser un Robo igual.

    Un abrazo.-

    Coment� Gonza Averna el 23.11.10 a las 6:16 pm — #permalink

  4. Muy buen an�lisis, esto explicar�a porque s�bitamente todas las giras de los artista internacionales vuelven a pasar por ac� como en las �pocas m*n*m*st*s. L�stima que los garcas promotores locales est�n mas preocupados en hacer eventos VIP que recitales para que la plebe tambi�n pueda ir. TTPP

    Coment� Fernando_S el 24.11.10 a las 8:46 am — #permalink

  5. Que tema! Personalmente me gusta ver a las bandas en vivo, creo que como a todos, pero obvio, escucho musica casi todo el dia. Bajar es la unica opcion si sos pseudomelomano, salvo que tengas la guita de ricky fort.

    Me encantan las bandas que por 50$ pagas la entrada y te dan el ultimo disco original, creo que ganan ellos y ganamos nosotros, claro que las bandas en discograficas no entran en esta metodologia.

    Coment� gustavo el 24.11.10 a las 11:29 am — #permalink

  6. Todavia no queda claro cual es el rumbo de la industria de la musica. Creo que ese es el problema. Prefiero el contacto pleno con la musica, en vivo. No creo que la musica sea algo para tener haciendo ruido mientras ordenas el placard(?) Tambien creo que si hay una discografica detras de un musico sus intereses nunca fueron las del musico, por lo menos al principio no lo comparten despues terminan sodomizados pero inmortalizados en el formato de turno sea CD, MP3. Por eso DIGAMOS NO AL “GUACHIN ESTREKIN HOPEN BAIGOR” O “LA MP3 LAREDI” (Estoy con vos esta en Richard)
    Buen post, varon.

    Coment� FERCHO el 24.11.10 a las 3:00 pm — #permalink

  7. Creo que ni a las bandas les interesa hoy el tema discos, ya que en un vivo pueden duplicar hoy la ganancia de una tirada exitosa. Parte tiene que ver los contratos de las disqueras, parte el hecho de que hoy un disco esta colgado inclusive antes de que este a la venta. Hay que sumar tambien que los bastiones (no se si se escribe asi) musicales se transformaron en canales de realitys y que ya no interesa la musica como concepto sino como elemento de venta. Ejemplos sobran, el que me viene rapidisimo son las empresas de telefonia celular regalando mussica-entradas-discos con la compra de un aparatito que te hace una tortilla con salame (?). A mi me gusta la musica que tiene un proceso, que tiene un mensaje, en lo musical o lo poetico. Se complica bastante cuando lo que se hace carece justamente de eso. Un filosofo y sonidista me dijo “tranquilo pibe, los rollinga son una moda” la concha de tu madre lucho, igual te quiero (?)

    Coment� ddh el 24.11.10 a las 9:59 pm — #permalink

  8. Qu� linda mesa-debate se arm�. Creo que dejo este post hasta el a�o que viene (?).

    Coment� Ruizist! el 24.11.10 a las 10:28 pm — #permalink

  9. DDH, hay que llevarlo a Lucho al flotante (?) y que tire 35 n�meros que creen que van a salir en cada bola (?)

    Coment� Fernando_S el 25.11.10 a las 9:02 am — #permalink

  10. Se viene el banner con Lucho, la discograf�a de L*25, una bengala y Nostradamus de fondo (?).

    Coment� Ruizist! el 25.11.10 a las 9:09 am — #permalink

  11. Busc� una foto de Lucho Aviles como elemento simb�lico (?) y sale con fritas

    Coment� Fernando_S el 25.11.10 a las 2:15 pm — #permalink

  12. si lo dice hueso t. yo banco.

    Coment� p e r r o n e g r o el 27.11.10 a las 6:56 pm — #permalink

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