Clar*n te a$e$ina

Además de ser el gran diario argentino, organizar eventos 2.0 para niños ricos con tristeza y tener maestrías vendehumo en la Universidad Austral, la gente del Grupo Clar*n tiene bien claro cuál debe ser el (des)trato hacia sus empleados.

Más vale tarde que nunca, mea culpa, pero me enteré hace poco. Obvien el título provocador a la zurda y miren qué lindo.

El jueves 31 de julio pasado, Joana Riboli, trabajadora tercerizada de Artes Graficas Rioplatense, propiedad del grupo Clarín, falleció aplastada por un portón de ingreso que cierra automáticamente. La ambulancia tardo 35 minutos en llegar mientras la compañera agonizaba en el suelo. Luego de la huelga de 1994, dicho portón fue duplicado en su altura, y por lo tanto en su peso y fuerza, y no tenía censor alguno que lo detuviera en caso de tener una persona en el medio. Ni siquiera una chicharra que anunciara su cierre.

Joana era una joven de 29 años que trabajaba tercerizada como nutricionista para el comedor de la planta, la muerte fue en su horario de trabajo y consecuencia de la más absoluta negligencia de la empresa que se caracteriza por mantener las condiciones de trabajo fuera del convenio y de la ley, mientras en sus páginas editorializa sobre el respecto a los trabajadores.

La actitud de la empresa, denuncian sus compañeros, fue aberrante del principio al fin: arrastraron el cuerpo de Joana para que pudieran seguir circulando los camiones llevando y trayendo mercadería. Además, intentaron ocultar durante el turno mañana la muerte de la compañera, lo que ya no pudieron hacer con el de la tarde, que inició un paro de 24 horas reclamando una ambulancia permanente en la planta, médico las 24 horas -incluyendo los fines de semana-, que se realice una urgente puesta a punto de las condiciones de seguridad en la fábrica y principalmente organizando luto por la compañera fallecida, luto que Artes Gráficas Rioplatenses, o sea el Grupo Clarín, primero se negó a otorgar y luego a respetar.

Con mas éxito lograron ocultar la información a la opinión publica, ya que como es conocido, entre los grandes medios generan una especie de cerco mediático contra la difusión de cualquier conflicto o denuncia que involucre a uno de ellos. Sólo publicó una pequeña nota el matutino Crónica pero sin mencionar a quien pertenece la empresa AGR.

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