Viejitos marcianos

Tengo que empezar blanqueando la cosa de entrada y pasándome la “objetividad” por el orto: el del viernes fue el mejor recital que vi en mi ya no tan corta vida. Esta gente se zarpa, toca mucho. MUCHO.

No voy a intentar venderle a nadie las virtudes de músicos como Paice o Glover, con muchos shows en el lomo en tierras argentas e innumerables galones ganados a lo largo de sus respectivas carreras, pero sí me quiero detener en Airey, a quien nunca había visto en vivo. A pesar de su cara de empleado bancario víctima de un ataque depresivo, el tipo la rompe. Tiene que llenar los zapatos nada menos que de Jon Lord y, pese a respetar conscientemente en su ejecución los arreglos grabados por el bigote mayor (exactamente lo contrario a lo que hace, salvo contadísimas excepciones, Morse con Blackmore), la descose. En su solo, espacio de lucimiento personal reglamentario para todo instrumentista púrpura que se precie de tal, metió cositas de Piazzolla y me terminé de rendir a sus pies: me puso la piel de gallina.

Morse pifió tres veces, se las conté porque me da un poco de envidia (sana, sí… sana las pelotas (?)) que toque tan asquerosamente bien. Su mano derecha es un prodigio y no para un segundo de meter fills, double-stops, rítmicas, arreglitos, armonizaciones con Gillan, riffs, más fills, más rítmicas… Cómo catzo hace, lo sabe nada más que él. Pero claro, tampoco podía esperarse menos de alguien que fue elegido para reemplazar al mismísimo Blackmore. ¿Se entiende?

La voz de Gillan fue quizás *la* sorpresa de la noche: está en la mejor forma que yo le haya escuchado desde aquel fundacional show de 1990 en que vino a presentar su disco solista Naked thunder. En ese momento la mostró bastante averiada ante un público argento con una abstinencia de dos décadas, una excusa ideal para postergar todo juicio crítico. Increíblemente, el Gillan modelo 2006 tiró líneas melódicas muy difíciles y llegó a casi todas. ¿Empezará acá esta gira y será ése el motivo del impecable estado de su voz? Quién sabe, qué importa: enhorabuena. (Una nota al margen: creo que en este último disco Gillan ha compuesto algunas de sus mejores letras, algo que nunca fue su fuerte. Como ejemplo deberían bastar los flemáticos pero terribles palos que adornan los versos de MTV, tema que no tocaron en vivo pero bien vale la pena repasar.)

Es también para destacar que tipos que orillan los 60 años (salvo Morse y Airey, que tampoco tienen 18 precisamente) nos hayan brindado 100 minutos de un show palo y palo, con pocas interrupciones y sólo una o dos “baladas” o mid-tempos. Y antes de que me olvide: aparte de haber vivido el mejor show de mi vida, me dio gusto formar parte del público que fue al Luna Park el viernes: fanático (pero no cabeza sino con horas y horas de discos de Purple encima… ¿de qué otro modo se puede corear nota por nota el intrincadísimo riff de Rapture of the deep, si no?), entregado a la banda 100% pero sin querer robarle protagonismo, sabiendo cuando saltar, cuando aplaudir, cuando callarse, etc. Fue un lujo en todo sentido lo de ayer… incluyendo el precio de las entradas, claro, que eran carísimas.

Otra cosa que quiero puntualizar, ya no acerca de este show en particular sino de la banda en general, es que hoy ya no basta con saberse los temas de la golden era para entender en su totalidad el complejo entramado que representa Deep Purple y sus diversos períodos y formaciones. Es posible que Machine Head y algunos otros discos del Mk. II sean insuperables, sí, pero mucho cuidado con subestimar los discos que la banda editó en los últimos 10/12 años. Purpendicular es un gran comeback album, en la tradición de lo que había sido Perfect Strangers diez años antes. Y vale la pena escuchar con mucho detenimiento el disco que vinieron a presentar en este show (y en el del año pasado, aunque faltaban días para su edición oficial), una sorpresa gratísima dentro de la discografía de la banda. Rapture of the deep (el tema) contiene el que posiblemente sea uno de los mejores riffs marca registrada de Purple de todos los tiempos, y la mayoría de las canciones del disco acompañan en un nivel similar.

Para respaldar la diversidad de géneros y estilos abordados por la banda en sus distintas épocas, en vivo los músicos muestran una versatilidad que impresiona por la precisión y a la vez la soltura con que es llevada a cabo. Tocan los temas clásicos junto a los de los discos actuales (un poco más AOR si se quiere, sobre todo por la producción elegida para los discos de estudio) pasando de unos a otros sin sobresaltos, siempre con la maquinaria a todo vapor y adaptándose a las situaciones que les propone cada tema explorando todo el tiempo los límites del género rock.

Ojalá algunos de los que piensan que el rock es una bengala hayan podido estar en el Luna Park el viernes a la noche. Ojalá estas leyendas, que tienen hoy una vigencia absoluta que no hace más que cobrar una trascendencia superior a medida que pasa el tiempo, les hayan ayudado a comprender que la música y la cultura rock son una “fiesta” que puede ir mucho más allá para romper fronteras todo el tiempo desde lo musical. Ojalá ese mensaje haya sido comprendido, procesado y diseminado en el resto de la tribu.

Con una mano en el corazón, pienso que es bastante improbable que algo así haya sucedido. Pero quién te dice…

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Playlist:

1. Pictures Of Home / 2. Things I Never Said / 3. Wrong Man / 4. Ted the Mechanic / 5. Living Wreck / 6.Rapture of the Deep / 7. Before Time Began / 8. Mary Long / 9. Contact Lost / 10. Well Dressed Guitar (Steve Morse solo) / 11. Lazy / 12. Don Airey solo / 13. Perfect Strangers / 14. Junkyard Blues / 15. Kiss Tomorrow Goodbye / 16. Space Truckin’ / 17. Roger Glover solo / 18. Highway Star / 19. Smoke On The Water / 20. Hush / 21. Ian Paice solo / 22. Black Night

[seis temas del último disco: Things I never said, Wrong man, Rapture of the deep, Before time began, Junkyard blues y Kiss tomorrow goodbye, y luego todos clásicos menos Ted the Mechanic, el interludio instrumental de Contact lost (únicos sobrevivientes del resto de los discos con Morse), Living Wreck y Mary Long, estos últimos dos del período clásico de la banda –el Mk. II– pero lejos de estar entre los temas populares o más tocados en vivo por la banda]