Tinnitus interruptus (?)

“Un fanático del rock se suicidó luego de intentar infructuosamente recibir tratamiento contra el tinnitus. Robert McIndoe, de 52 años, padeció de insomnio durante tres meses luego de asistir a un concierto de Them Crooked Vultures que le dejó un zumbido permanente en sus oídos.

Su problema era que fue rechazado varias veces por distintos médicos. Primero intentó ingerir una sobredosis de pastillas para dormir, pero su esposa lo descubrió y todo lo que consiguió fue permanecer tres días internado en el hospital. Finalmente, la derivación a un otorrinolaringólogo llegó un día después de que, según algunas versiones, se apuñalara hasta provocarse la muerte.”

[traducción libre (?) de una noticia reciente aparecida en el Daily Mail]

Pobre Roberto, la experiencia rockera de primer mundo a todo volumen fue demasiado para él. Quizás sirva de historia con moraleja para nosotros, porteños malacostumbrados: gracias a los servicios prestados por el niño Mauricio y sus vigilantes decibélicos del Pro, estamos padeciendo un año con conciertos internacionales a un volumen pedorrísimo (y entradas con precios que te la voglio dire, aunque ese es otro tema).

Flojos estuvieron John Paul Jones, Dave Grohl & cía, que no fueron capaces ni de mandar una humilde corona al entierro de este pobre cristiano. Y mal, muy mal (?) lo del cagatintas de turno en el Daily Mail, que cerró la nota con un no muy sutil “The hearing continues“. Con los finados hacemos chistes todos, maestro, pero así no (?).