Espejito, espejito

El egotrip apomelado de las “estrellas” de rock vernáculo suele llegar a su cumbre durante los tradicionales balances de fin de año. El rito se repite invariablemente al llegar diciembre: los encuestados se hacen chichones para votarse a sí mismos (algo a estas alturas, además de previsible, bastante triste). Lo curioso es observar cómo este culto suma adeptos año tras año. En esta oportunidad, a ojo de buen cubero, alrededor un cuarto de los consultados optó por ponerse las orejeras y mirarse al espejo.

Uno lo puede entender (y hasta ahí nomás) como manotazo de ahogado de músicos que recién empiezan, con un primer disco que promocionar y pocas oportunidades para aparecer en un suplemento de rock. Pero en músicos ya consagrados, o al menos con varios años en el medio, el asunto toma un cariz decidamente patético y vacío. Si buscan una salida fácil, ya saben: nada mejor que la autorreferencialidad como respuesta automática ante cualquier estímulo externo que obligue a pensar más de dos segundos.

En el ranking del suple No de este año se destacan los siguientes ejemplares, por orden de ansia de figuración:

– Andrés Giménez, campeón absoluto de la demagogia y ahora volcado al cristianismo tatuado, se llevó la corona de 2008 con ¡¡¡¡4!!!! autovotos (mejor banda, disco, show en vivo y… tribu urbana (?) para su banda D-Mente)

– Premio revelación para Pat de Kumbia Queers: eligió la edición japonesa de Kumbia nena! como mejor disco (astuta jugada para alargar la vida útil de un disco de 2007) y de paso se autovotó como mejor show

– Mención especial para Andrea Álvarez, que se autovotó como mejor disco y como mejor show innovó al elegir uno de otra banda (Soda Stereo) con ella como invitada. Chapeau!

– Pablo Coniglio de Shaila fue otro valiente/inconsciente que se animó a autovotarse por duplicado (mejor disco y mejor show)

– No podía faltar el “regreso del año”. Sergio Rotman votó como mejor show al de los LFC en River. Yo te avisé, yo me autovoté.

– Me juego algo a que éste no pagaba doble: Juanse votó como mejor show al de los Ratones Paranoicos en Obras. Rocanrol nenennnnnn…

– El inoxidable Vitico autovotó su opus de 2008, Viticus III, como álbum del año

– Germán Daffunchio evitó el ablande (?) y se autovotó como mejor show (en Obras)

– Gustavo Rowek (mejor show para su banda Nativo)

– Juanchi Baleirón (mejor disco para el último de Los Pericos)

– El Mono de Kapanga, que es un personaje ahora menos querible por haber votado a su banda como mejor show en el Luna Park

– Cristian Aldana de EOY autovotó el show que diera por los 20 años de su banda como el mejor de 2008

– Boom Boom Kid autovotó su disco como mejor del año. Carne es crimen, ego seguramente también pero parece que es excarcelable…

– Guillermo Boneto de Los Cafres (mejor show para su banda en Jesse James)

– Ramiro Cerezo de, ejem, Pier (mejor show de su banda en Obras). Si la encuesta incluía un rubro mejor jugador, seguro lo votaba al retirado Toninho Cerezo. Todo queda en familia.

– Claudio O’Connor (autovoto para mejor disco de su banda autodenominada, mención especial (?))

– Walter Meza de Horcas (mejor disco para su banda)

– Sergio Chotsourian de Los Natas se autovotó como mejor show (en el BAFIM)

– Emmanuel Horvilleur eligió su propio show en el Gran Rex como el mejor del año

– Anoten: Bochi Bozzalla de Las Pastillas del Abuelo, Patrick de Smitten, Banda de Turistas en su conjunto, Huevo de Aztecas Tupro, Chivas de normA, el enigmático Shaman de Shaman y Los Hombres en Llamas y Juan Manuel Negro de Volador G piensan que sus respectivas bandas sacaron el disco del año

– Juan de Humo del Cairo autovotó como mejor show al de su banda junto a Nairobi en Niceto. Se sumaron a la moción (a la de votarse a sí mismos, claro) Manta Raya, Rubin, (junto a su banda Los Subtitulados y Les Mentettes en Niceto), Holy Piby y Gaspar Om de Los Umbanda

– Iluminate, Asesinos Cereales y Primitivos, así de forma genérica, se autovotaron como banda revelación. Qué sé yo, ellos sabrán…

Desde aquí nuestras felicitaciones, perdón si nos olvidamos de alguno y nuestros mejores/peores augurios para el año que comienza, muchachos… Eso sí, ¡no los quiero escuchar quejarse de Pomelo, eh!