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1. Romper una guitarra, vomitar en el escenario y sonar como el orto tampoco es rock. Este tipo (por cierto; perdonen mi ignorancia, pero ¿quien es Fernando Kabusacki?) tiene una visión muy añeja. Para ver como una banda suena mal voy a un recital under (bien under) en el cual, por culpa de no tener plata como para pagar un buen sonido (no porque no sean buenos músicos), mis oidos queden zumbando. Los artistas de rock (los que viven de la música), en mi opinión, deben dar buenos shows, con buen sonido, ya que cobran fortuna por una entrada para poder verlos, por lo menos, que sean modestos y suenen bien.
   También tengo que reconocer que coincido con Fernando; “lo que suena en los medios, para mí, no es rock”. Para mí, la música que me venden como rock, tampoco lo es. Miranda, Babasonicos (en sus comienzos, si que lo eran, y me gustaba, lastima que ahora se afrancesaron), El Bordo, Gardelitos, etc, etc… Para mí, no son bandas de rock.

   Comentó lisandro_zonasur el 08.05.07 a las 7:03 am — #permalink

2. Fernando Kabusacki es un guitarrista que tocó en la banda de Charly García y además de sus otros varios proyectos, toca en la de Francisco Bochatón.
   No estoy tan de acuerdo con lo que dice y si con lisandro.

   Comentó Fernando_S el 08.05.07 a las 10:41 am — #permalink

3. Justamente se trata de la Garra. El que pone garra es el que da un buen espectaculo. Si a un rocker no le importa la música, no le importa dar un buen show. Eso es anti rock.
   Si un músico tiene pasion por tocar sus temas se va a esmerar en poder tocarlos todos, que se escuchen bien y que el publico los disfrute.
   Se puede tener una actitud furiosa y sonar bien, dar un show completo. Entiendo que el espiritu rocker es rebelde por definición, pero el público tiene que ser compañero de esa rebeldía, no hay nada más desalentador que sentir que el músico que admiras te siente una molestia o un enemigo.

   Comentó Patricio el 08.05.07 a las 12:07 pm — #permalink

4. Tuve el honor (?) de presenciar dos recitales de “Kabusacki y los gauchos alemanes” cuando fueron soporte de Living Colour (Obras) y Vernon Reid (La Trastienda).
   Estoy totalmente deacuerdo con que el rock no debe ser “prolijo” (impertinente, pesado, molesto). El rock en su esencia es arte, modo de expresión y estado de ánimo y sentimiento de quién lo ejecuta y el instrumento o su voz la forma de canalizarlo. Por lo tanto, como expresión artística es bueno que los temas en los recitales no suenen igual porque sino la presentaciones en vivo no tendrían razón de ser (o sea, para eso me quedo en casa pongo el disco a todo volumen).
   Por eso, el rock no debe olvidar nunca la influencia de su padre (Blues) y abuelo (Jazz), ni de la improvisación y el sentimiento plasmado en las letras los oprimidos y creadores del género (afroamericanos).

   Comentó Pablomas el 08.05.07 a las 3:26 pm — #permalink

5. que sea desprolijo no significa que suene mal. Los who tenian una base demoledora (moon-entwistle), que si la analizabas no era necesariamente “prolija” pero te degollaba el cerebro. El tipo de toque y el sonido de hendrix, tampoco era tecnicamente prolijo. Creo q a eso se refiere kawasacki. Y las bandas de ahora parecen todas pasada por el mismo molde pop-art: “prolijitas” (gracias a la magia del protool), derechitas, pero sin una minima luz de creatividad ni sangre a la vista.

   Comentó el ruso el 08.05.07 a las 6:28 pm — #permalink

6. Esto que pego, es un breve artículo que hice para un blog como un trabajo para la Facultad y está relacionado con éste post tuyo y con el anterior. Es de Junio del 2006, merece alguna corrección y nunca lo continué, pero creo que lo central es válido. Saludos

   P e r r o n e g r O

   La profesionalización del Rock

   En la actualidad el rock en la Argentina está agotando un proceso que, siguiendo a Pierre Bourdieu, podríamos definir cómo la profesionalización del campo.
   El fin de éste proceso se vió definitivamente acelerado debido a la tragedia/masacre de Cromagñón, pero tiene sus raíces en razones de índole cultural, en la cultura que instaló el Menemismo en la década del 90.

   Ocurre que por esos años, las concentración oligopólica del mercado (factor estructural) determinó una cultura empresaria poco dispuesta a la inversión de riesgo por mínimo que éste riesgo pudiera ser. Podríamos llamar a la lógica de inversiones de la época,”lógica del seguro de cambio”, haciendo alusión al mecanismo que implementara el Ministerio de Economía de la Nación a fin de que las empresas multinacionales, nunca “perdieran apostando” a la economía local.

   Siendo coherentes con dicha lógica, las compañías discográficas instaladas en la Argentina, dejaron de contratar artistas desde el underground, tal y como se hacía en décadas anteriores, a fines de los noventa sólo firmaban contrato aquellos que podían ser considerados “número puesto”. Bandas y artistas que a lo largo de unos diez a quince años de trabajo en el underground se habían equipado y fogueado por su cuenta, y que luego de tantos sacrificios y privaciones, estaban dispuestas a “oír” las recomendaciones de los representantes de las discográficas.

   Un proceso de concentración paralelo ocurría en el ámbito de la difusión, es decir, en las FM. Lá única FM más o menos independiente (Rock & Pop) era adquirida por una corporación de origen Mejicano, al tiempo que se abrían nuevas emisoras de marcado sesgo mercantilista. EL caso que más influencia tiene en éste proceso es el caso “Mega”.

   Dicha emisora hace gala de “difundir sólo rock nacional”, cuando en realidad lo que hace es difundir casi exclusivamente aquél rock, que por su antigüedad no paga derechos discográficos o tiene muy bajo costo. Traducción: el espacio para artistas o producciones actuales, se ve reducido a un puñado de éxitos exhaustivamente probados.
   El tercer elemento en juego en ésta ecuación, el cual obedece a razones socio-históricas bien específicas ( destrucción del tejido social a manos de la última dictadura, burocratización de los sindicatos, exacerbación del exitismo y el individualismo durante los años del menemismo, etc.) es el hecho de encontrar a los músicos incapacitados de organizar en su propio ámbito laboral.

   En éste retroceso, el empresariado a través del “branding” y el “marketing” tomó la posta de la financiación y organización de espectáculos. El resultado inmediato es el rock cómo una herramienta del “Marketing Mix”
   El intento de imponer una “nueva ley del músico” es sólo el correlato legal del proceso, es la cereza del postre.

   Pasemos a lo que nos importa a nosotros, es decir, a los cambios estéticos que produce el fin de la profesionalización del campo. Mencionaremos aquí algunos de los rasgos más salientes y continuaremos (y profundizaremos) éste análisis en otra oportunidad

   Las bandas componen para la FM:

   En tiempos de posibilidades tecnológicas ilimitadas (la publicación en formato mp3, etc) las nuevas bandas componen temas de un promedio de 3 minutos, tal y cómo se veían obligadas a hacer las bandas de la época del simple de vinilo.
   Las canciones por lo general incluyen la estructura clásica de estrofa / estrofa / estribillo/ estrofa/ estrofa /estribillo, etc.
   Todo álbum debe contar con una o dos baladas.
   El tempo de los temas debe ser ni muy lento, ni excesivamente acelerado.

   El “vivo” es el “album” en el escenario:

   Atrás quedaron los tiempos de los solos instrumentales, o el lugar para la improvisación. Hoy un show es una obra que incluye, vestuario, guión y coreografía. Basta ver dos fechas de una misma banda para notar que hasta repiten los mismos chistes y comentarios “naturales” entre tema y tema.
   La duración de los shows es cada vez más exacta y previsible.

   Las letras no “molestan” a nadie:

   Las abuelas horrorizadas son sólo un recuerdo. La política en las canciones queda reservada a frases populistas cuando no lisa y llanamente reaccionarias. Hoy el escándalo lo arma la cumbia villera. El rock es de centro, vota a Carrió o a Kirchner y alega que los problemas son “culturales” pero nunca económicos.
   A nadie llama la atención que la difusión de la cultura del reviente y del barrio bajo esté a cargo de músicos millonarios rodeados de modelos y empresarios.
   Los temas se reducen por lo general al costumbrismo, los sentimientos personales, y la épica de hinchada, la poesía… bien gracias.

   Para finalizar, por supuesto que hay excepciones (Arbolito), pero también está la norma (Árbol)

   Comentó P e r r o n e g r O el 09.05.07 a las 9:55 am — #permalink

7. Mirá, que sea Kabusacki quien tenga que decir eso es todo un síntoma.

   Comentó gabriel el 09.05.07 a las 12:08 pm — #permalink

8. Aplausos a Pablomás.

   Comentó P e r r o n e g r O el 09.05.07 a las 2:49 pm — #permalink

9. El rock es una rebeldía adolescente que necesariamente finaliza muriendo de sida por haber cogido tantas putas sin forro, o por sobredosis, o ahogado en tu propio vómito… o produciendo bandas pop.
   Y dentro de ese modo de vida, hay evoluciones, crecimientos, apariciones, desapariciones, discursos, virtuosos, mercaderes, merecedores, mercenarios, merqueros, fanaticos, influencias, raíces, peleas, amistades, y todo ese que se descubre dia a dia en una sociedad.
   El rock no murió ni mierda… es la música que va a escuchar el hombre del futuro, el que evolucione y se entienda.

   Amén.

   Comentó Hevardo el 09.05.07 a las 11:20 pm — #permalink

10. Fernando Kabusacki es un Fripp para ascensores. El rock para ser tal tiene que escandalizar a tu vieja. El problema no está en ser prolijo, si no en tener algo para decir o no. Hoy en día el rock nacional es una mera recapitulación, resumen y caricatura del género.

    Comentó Johannes Forkel el 19.05.07 a las 9:41 pm — #permalink

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