Cromañón y antes

Si el caballito de batalla de estos dos años fue no olvidar, no viene mal repasar dichos y posturas previas al desastre como para que no queden dudas sobre dónde debe recaer la atención tan metódicamente desviada.

Después de Cromañón, acá siempre hablamos de ellos. De quienes meaban agua bendita y reclamaban pruebas de coherencia a propios y -sobre todo- ajenos por los medios mientras había doscientos cadáveres todavía calientes. Pero esta vez lo interesante es ver qué decían ellos cuando todo esto era (y sólo para unos pocos) un escenario lejano y poco probable.

Si no nos negamos a entender lo que líneas abajo aparece clarito, con nombre y apellido, no hace falta complicarse demasiado para asignar culpas y responsabilidades en lo que pasó: ellos solitos se encargan de echarse tierra. Eso de que nadie resiste un archivo es tan cierto que puede llegar a ser trágico, como en este caso.

Por último, también rescaté otra pequeña y espeluznante muestra gratis de algunos usos y costumbres (ritos creo que es mucha palabra para este caso) que las bandas y el público del palo sostenían como alegre y estúpida bandera dos años ha, como para desmitificar eso de que “le podría haber pasado a cualquiera”. Es reiterativo y debería ser innecesario a esta altura, pero lamentablemente sigue haciendo falta.

– Patricio Santos F.: Hay lugares fundamentales a los que hay que volver siempre, como Cemento, y otros que son de paso, como Obras. Nosotros no queríamos ir ahí porque no nos gustaban un par de cosas. La organización del lugar es distinta a la nuestra. Nosotros queremos que la gente se divierta y no echamos a trompadas a un pibe porque prende una bengala como hacen ahí. Pero tampoco nos quedaban otros lugares: hicimos un Cromañón en abril y al mes siguiente ya tuvimos que agregar dos más, así que por cuestiones de espacio decidimos hacer una fecha en Obras -que es más grande- y al final terminaron siendo dos, porque el público lo pedía. Estuvo recopado, pero ahora ya estamos pensando en otra cosa. A Obras creo que no volvemos más, salvo para grabar en vivo o algo así.

– Periodista: ¿Qué es “la otra cosa” en la que están pensando?

– PSF: Cuando hacemos los temas no nos fijamos qué es lo que le puede gustar a la gente, pero cuando organizamos un show sí. Existe una necesidad de tocar en un lugar abierto para que no haya problemas con las bengalas porque ya nos estamos empezando a intoxicar con toda la humareda…

– P: No te gusta que la seguridad de Obras eche a los que prenden bengalas, pero en Cromañón te pusiste medio fastidioso con tanto humo…

– PSF: Nosotros no, pero ellos mismos, eh…. (piensa), promediando el show de la primera fecha de La Plata le pregunté a la gente si alguno podía respirar, todos gritaron que no y al comienzo del siguiente tema vuelven a prender otra bengala. Los shows los damos para ellos, no para nosotros, así que vamos a buscarle la vuelta para que se puedan divertir.

[fuente: revista Si se calla el cantor (octubre 2004), via]

“¡REPUBLICA CROMAÑON se está quemando! Sí, SEXTO SENTIDO irrumpe con ‘Sympathy for the devil’ y todos los presentes festejan prendiendo bengalas, estruendos, tres tiros… hasta que uno pega sobre el techo recubierto de nylon y comienza a prenderse rápidamente.

Durante algunos segundos muchos hacen pogo mientras las cenizas empapan sus cuerpos -¡juro que es verdad!-. Se apagan casi todas las luces y aparecen un par de guardias con mangueras. Mi amigo, yo y varios más actuamos de bomberos, utilizamos matafuegos y ayudamos a detectar cortocircuitos, todo mientras el resto cantaba ‘ohh, nos prendemos fuego…’ o decidía observar cómo las llamas se extendían sin parar.”

[fuente, via]