10 años de Natas: los cumplieron feliz

Implotado por Ruizist! el 25.10.04 @ 18:50 | Sin comentarios
Temas recurrentes: Monotenático |

me zarpé un poco con la anticipada... ¡saqué el ticket 5! :|

Mi humilde intención es que estas pobres líneas sirvan de consuelo (mínimo, pero consuelo al fin) para los que no pudieron asistir a esta memorable noche en Niceto. Los Natas cumplían 10 años y hacían su último show del año en el país, de eso iba la cosa.

No tiraron la casa por la ventana con una gran producción, pero sí le dieron bola a los detalles importantes: tocaron 2h 15m (el show más largo de los que me tocó ver este año) y el sonido fue de puta madre. Pese a que la entrada convocaba a la monada a las 22:30 no empezaron a tocar hasta casi dos horas más tarde, extendiéndose hasta pasadas las tres menos veinte del sábado.

El playlist abundó en temas viejos, algunos sólo para entendidos. El arranque con Soma y El negro, ambos de Delmar, fue una sorpresa para más de uno, pero cumplió con su cometido de empezar a destrozar cerebros desde temprano. Luego vino otra dupla que últimamente volvió a ganarse un lugar de privilegio en el vivo de la banda: Bumburi y Contemplando la niebla. Unos minutos más tarde vino el insuperable comienzo de Ciudad de Brahman: algo más de 20 minutos de deleite con Carl Sagan, Meteoro 2028, Tufi Meme y Ciudad de Brahman, los cuatro pegaditos.

A esta altura el orden exacto de los temas se me comienza a escapar un poco, pero sí recuerdo algunas secuencias inseparables entre sí. Promediando el show arremetieron con Qué rico, Traición en el arrocero (versión speed de Tomatito incluida) y el propio Tomatito, ya con el arreglo incluido en el Toba Trance. En algun lugar del show apareció también Delmar, se me ocurre que antes de la seguidilla más revientaneuronas de la noche: El cono del encono, El bolsero y Tormenta mental.

“Hablando somos medio momias”

Esto sucedió ya en los bises, inaugurados por un errático discurso de Waldo (se robó la noche tras los parches, una vez más) y la frase de Sergio Ch. que pueden leer más arriba. Luego de recordar para algún despistado que cumplían diez años, agradecer por doquier y tirar algún palito (no tan) encubierto para algún ex miembro de la banda, el violero anunció jocosamente que en este show enterrarían la serpiente que venía siendo telón de fondo para el Viernes Verde en sus diez ediciones. “La serpiente te termina mordiendo, así que ahora vamos a poner un carnero”, espetó sin mucho convencimiento Chotsourian.

La banda eligió cerrar el show con el oscuro Trilogía, a pedido de El Crudo (otro que tuvo un show memorable, apuntalando a todo y a todos con su minimal pero precisa ejecución en las cuatro cuerdas), quien luego de terminar empezó a pedir a los gritos “¡La torta, la torta!”. El Gordo siguió alimentado su fama, pero sólo eso. La torta nunca apareció y el agasajo quedó en manos de la gente, que un rato antes le había cantado a la banda un improvisado feliz cumpleaños a capella.

That’s all, folks. Hubo mucho Natas en el 2004, en la vida real y en este blog, y a decir verdad la cosa se fue poniendo cada vez mejor. Ahora se tomarán un respiro de los escenarios nacionales y girarán por Europa, para editar al regreso un álbum en vivo tentativamente llamado Viernes Verde. Y seguramente seremos nosotros, los que estuvimos ahí, quienes nos apuraremos en conseguirlo para ver si aparece algún alarido propio. Quizás alguno haya podido abrirse camino entre tanto volumen salvaje para quedar registrado para siempre.

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