La circularidad de la historia

“El 2 de abril de 1916 hubo por primera vez comicios democráticos en la Argentina. Yo simpatizaba con Lisandro de la Torre, cuyo bastión electoral estaba en Santa Fe, pero voté por Hipólito Yrigoyen, que representaba una gran esperanza para las clases populares”

Juan Domingo Perón, Memorias.

La cita es en realidad de La novela de Perón, de Tomás Eloy Martínez. Allí se alude a unas supuestas memorias que Perón habría ido desgranando en los últimos años de su vida, asistido por José López Rega.

Lo curioso de ésto es que Perón también participó del golpe de Estado que terminó con la segunda presidencia de Yrigoyen, en 1930. Si bien por ese entonces su influencia no era mucha (tenía nada más que el grado de Capitán en el Ejército), Perón tuvo un rol activo en el derrocamiento del Viejo.

El luego tres veces Presidente se alineaba más con Justo -un militar “legalista”, quien como el 90% de las personas de la época pretendía derrocar a Yrigoyen para poner mínimamente en orden las cosas y luego convocar a nuevas elecciones- que con Uriburu, quien finalmente se alzaría con el poder contando con un número mínimo de tropas y pocos referentes políticos, lo que marcaría su salida del poder a menos de dos años del coup a manos del propio Justo.